martes, 23 de febrero de 2010

Última ración de libros del viaje: cal y arena

Para finalizar, durante este viaje, con mis pequeñas reseñas de los libros que voy leyendo, hoy voy a hablar de Cuentos populares vietnamitas, El testamento de un extravagante, de Julio Verne, Diálogo entre un sacerdote y un moribundo, del Marqués de Sade, y El libro de los amores ridículos, de Milan Kundera. Ahí lo tenéis, el que quiera que lo lea.


Cuentos populares vietnamitas


Una auténtica bazofia, una mierda hedionda con muy poquito de donde rascar. Bien me podía haber tomado, con los tres euros que me costó el librito en Vietnam, otras tantas cervezas; y haberme entretenido en hacer punto de cruz en lugar de entregarme a la lectura de esta recopilación de inocentes historietas que supongo sólo harán gracia, si acaso, a los vietnamitas, si es que son muy de pueblo. Decía Quevedo en El Buscón: “Dios te guarde de mal libro, de alguaciles y de mujer rubia, pedigüeña y carirredonda”; pues que así sea, por favor.


El testamento de un extravagante
– Julio Verne

Definitivamente, el genio de Julio Verne no será recordado por esta novelilla, que no sabría calificar como ligera o pesada, extravagante o montonera. Ligera por sus dimensiones físicas y su simpleza; pesada por los interminables listados de ciudades americanas por las que viajan los personajes en sus rutas azarosas; extravagante por la original idea de la novela en sí –un millonario que dejará su fortuna al ganador de una especie de juego de la oca en que los concursantes, elegido al azar, han de viajar por los estados americanos representados en cada casilla del juego; y finalmente montonera por la falta de calidad narrativa (en mi opinión) y previsible final. Da para poco más que un aburrido trayecto de autobús, pero ya es algo.


Diálogo entre un sacerdote y un moribundo
– Marqués de Sade

Tremenda plática sobre la existencia o inexistencia de Dios, en la que un moribundo le da un contundente repaso al sádico sacerdote (sádico por el nombre del creador del personaje y tal vez también por el final del texto), a través de un inequívoco elogio de la razón como argumento para esta discusión filosófica tan manida.

De entre todas las frases buenas del libro, yo, ateo educado entre curas (a los cuales respeto en su mayoría, y a alguno hasta admiro), me quedo con ésta: “renuncia a la idea del otro mundo, no lo hay, pero no renuncies al placer de ser feliz y de hacer la felicidad en éste”.


Risíveis amores – sete histórias de amor extremadamente originais
(El libro de los amores ridículos)
- Milan Kundera

Para seguir mejorando mi portugués, compré este excelente y divertido libro de otro gran genio, Milan Kundera, quien bien podría haberse entregado a la novela picaresca de haber querido, porque ingenio y talento no le faltan para desarrollar la parte más íntima, ruin y conflictiva –a diferentes niveles- de la psicología de los personajes.

Al mismo tiempo, en este libro también, sus historias te implican de forma profunda y te hacen reflexionar sobre aspectos de tu vida sobre los que, tal vez, no te hayas parado a pensar lo suficiente. Sí, claro, el libro me está gustando, y mucho.

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