viernes, 16 de octubre de 2009

Pulau Tioman, una isla de película

Como bien habíamos planificado, entre chute y chute de vacuna en Singapur, y antes de desplazarnos a Borneo, íbamos a tomar unos días de relax y descanso total en algún rincón playero cercano al paraíso. Y diréis: ¿y por qué sólo unos días y no siete meses de asueto? —pues eso es lo que yo me dije hace tiempo. ¿Y por qué no más tiempo? —pues eso es lo que me pregunto ahora.

El caso es que para estos días nuestra elección fue Pulau Tioman, una isla en el Mar de la China Meridional, al sureste de Malasia continental, relativamente próxima a Singapur y con garantías, a finales de septiembre como era, de no estar aún en la temporada del monzón.

La decisión no pudo ser más acertada, al igual que el desvío de un día que tomé para pasar un día en Malaka, ciudad con una fascinante historia por la que lucharon, entre sí y con los sultanatos dominantes anteriores a su llegada, portugueses y holandeses, y, más tarde, también los ingleses, haciendo de las suyas en plan pirata frente a la costa oriental de Sumatra.

El paseo por el centro histórico de Malaka resulta sorprendente, y es muy curioso observar, a través de los edificios, los templos y museos y las cuidadas calles en torno al río, los vestigios del pasado colonial europeo, junto a la influencia, aún presente, islámica, india y china. Además, la comida es estupenda, y el colorido y atestado mercado de Chinatown resulta cautivador para un sugerente paseo nocturno.

Pero volvamos a Pulau Tioman, nuestra tranquila isla paradisíaca en la que, hace algunos años, rodaron la versión australiana de “Supervivientes”. Nosotros, desde luego, no tuvimos problemas de abastecimiento, y teníamos a nuestra disposición cada noche, junto a la playa de Salang en la que se encontraba nuestro bungaló, diferentes variedades de apetitoso pescado local, que a la brasa era una delicia. Lo acompañábamos con unas cervecitas (muy barata: 3 latas por 10 ringgits, unos 2€), que sentaban muy bien aunque luego no hubiese apenas animación (una pena que el mejor plan nocturno era ver una peli en un restaurante muy musulmán –o sea, sin cerveza- con una pantalla gigante al aire libre).




Las actividades que llenaban las horas de sol en absoluto destrozaban el ambiente de relax que una hamaca entre palmeras frente al mar verde azulado y un buen libro nos brindaban cada atardecer. Y es que el snorkel es de lo más sosegado, y zambullirse entre peces multicolores y finos –y afilados- corales es una experiencia única, en la que la exuberante vida marina –espectacular en Coral Island, por ejemplo- te envuelve para mostrarte una pequeña parte de las muchas maravillas por disfrutar bajo las aguas.



También hicimos una entretenida caminata de siete kilómetros a través de la selva, cruzando la isla desde Tekek hasta la solitaria y preciosa playa de Juara, flanqueada, como casi todas las demás en la isla (incluida la nuestra en Salang), de una densa vegetación selvática en las impenetrables colinas contiguas.

Podría extenderme y recrearme algo más, pero lo mejor es que veáis algunas fotos para que os hagáis a la idea… Además, habrá más destinos parecidos. ¡Sed felices!

Pulau Tioman, una isla de película

No hay comentarios:

Publicar un comentario