domingo, 30 de agosto de 2009

Deportes nacionales (rusos) y genética

Cada país tiene sus tradiciones, su cultura y también sus estereotipos frente a otros países. Los españoles, en muchas partes del mundo, tenemos fama de vagos (confirmado queda, por lo que he trabajado fuera de España, que no es así, sino todo lo contrario; al menos en mi sector), de que nos gusta la fiesta (eso es verdad), de que hablamos alto (muy cierto) y de que somos algo informales (para la hora de quedar, desde luego; para otros temas, pues depende). Al mismo tiempo, somos gente con recursos, con flexibilidad, más majos y simpáticos que muchos y con una dosis muy práctica de cara dura.

Además, en cada país tenemos nuestras actividades y deportes favoritos. En España yo diría que como actividades representativas (y muy queridas) tenemos salir de tapas, cañas y copas (según lugar, edad y querencia), y como deporte nacional (mal que le pese a mi querido rugby), el fútbol.

Bien, pues ya pisando territorio mongol –no demasiado afortunado genéticamente en cuanto a belleza ni estatura, por lo que parece-, en Rusia yo he identificado claramente varias actividades a las que tienen verdadera afición: el levantamiento de vodka (ellos y ellas), y el paseo-posado (sólo ellas).

Comenzando por los rusos, y sin seguir ningún tipo de estadísticas oficiales para ellos (no les gusta mucho salir en algunas fotos), yo me mojo y me hago eco de sus fanfarronerías para asegurar que un ruso medio bebe más de un litro de vodka semanal, frente al vaso de vino diario de los franceses, los 3 litros de cerveza de los irlandeses (los que más beben) y los dos litros diarios de agua (embotellada en este viaje) que yo me bebo. Es cierto que el frío es una buena excusa (no es que hagan falta!), que justifica también el carácter pro-alcohol de mis amigos finlandeses (junto con los noruegos, los que más café toman), pero más cierto es aún que, estando ahora en verano, cientos de personas pasean cada noche su botella de vodka por las calles de las ciudades rusas que hemos visitado. En los bares y restaurantes, más de lo mismo: corre el alcohol con alegría y a todas horas.

Sinceramente, a mí me parece estupendo, sobre todo si les ayuda a alegrar un poco la cara de siesos que tienen (debe de ser genético, no se lo echemos en cara). Además, como recurso de hospitalidad y socialización no tiene precio: lo hemos probado tanto en trenes como en bares (en el Siberian Pub de Tomsk casi se pegaban por invitarnos, por ejemplo) y funciona bien, sí.

De un estilo muy diferente es la actividad favorita de las rusas, que yo llamo paseo-posado, por no desligar tan buena combinación de movimiento y parsimoniosa serenidad. En grupos de dos (preferentemente cogidas de la mano) –si no solas-, altos los tacones, corta la falda y cuidadosamente retocado el maquillaje, las rusas caminan y caminan, un pie delante del otro, cual pase de modelos. Debe de ser por esto que cada ciudad rusa tiene su “calle de pasear”, que recorren de arriba a abajo y de abajo a arriba por el puro placer –imagino yo- de menear el tacón, cruzando miradas furtivas detrás de las enormes gafas de sol e, inevitablemente, sabiéndose observadas en su rítmico balanceo de caderas.

No tan rítmico es sin embargo el sonido de sus tacones contra el suelo, en un traqueteo que parece anunciar la llegada al trote de un ejército de caballería abriéndose paso por el llano, con prisas por arribar, con paso firme y vigoroso, no se sabe si al campo de batalla o al abrevadero más cercano, en cualquier caso para aprovisionarse de vodka o cerveza.

Vodka y paseo, paseo y posado, posado y vodka, un círculo ruso que se repite en todas las ciudades y que gira en torno a una genética privilegiada que, por capricho de la naturaleza, queda manifestada únicamente en ellas.

Porque sí, digámoslo de una vez: las rusas están muy buenas. Y eso tiene que ser, estadísticas al margen, por la genética.

3 comentarios:

  1. Pues me queda una entrada, al menos, para rematar Rusia; y ahí hablaré de Tomsk y el lago Baikal. Tomsk, muy bien.

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  2. A por ellas!!!me refiero a las rusas, pero ya no puedes porque ya estás en Mongolia,para otra vez?.
    Un abrazo

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