lunes, 22 de marzo de 2010

En Quito, más cerca que nunca del Sol

Hoy 21 de Marzo, el equinoccio de Primavera marca el comienzo de una nueva estación, en el día en que la Tierra se encuentra más cerca del Sol. Y en esta fecha de cambio de ciclos, la fortuna (o más bien el trabajo, o las dos cosas) me han traído a la bonita ciudad de Quito, en Ecuador.

La semana ha sido bastante entretenida a nivel laboral, pero también me ha dado la oportunidad, entre ayer y hoy, de poder visitar su precioso centro histórico, así como subir en el Teleférico desde los 2800m de altitud en los que se asienta Quito hasta la Loma Cruz, a 4100m sobre el nivel del mar.

El centro histórico de Quito es realmente bonito. Amplias plazas con edificios coloniales, y preciosas iglesias de diferentes épocas, entre las que destacan, para mi gusto, la Basílica del Voto Nacional y la Iglesia de la Compañía, declarada Patrimonio de la Unesco y una verdadera belleza en su interior. Dentro de ella, me gustaron particularmente un dantesco cuadro de El Infierno, de un tal Hernando de la Cruz, y una exposición sobre ciencia y el legado jesuítico en Ecuador, en el que las referencias (y los mapas) a la Misión Geodésica del Ecuador eran interesantísimos.

Además, sin despegar los pies de la tierra, me he acercado todo lo que he podido al Sol al visitar esta mañana la Ciudad Mitad del Mundo (a 1 hora de Quito), en la latitud 0º 0' 0''. Allí, todos los años en este día, durante unos minutos, el sol no proyecta ninguna sombra sobre los objetos ni las personas, y, estando sobre la línea ecuatorial, el llamado "sol recto" del mediodía, marca la máxima cercanía de un punto sobre la superficie de nuestro planeta al astro rey.

Para verlo más de cerca, fiémonos de la NASA:



Y así, con un pie en cada hemisferio, y habiendo perdido un poco de peso (que no de masa, sólo es el efecto de la gravedad), me vienen a la cabeza algunas de las diferencias entre el hemisferio norte y el hemisferio sur (ya tenía ganas de encontrar una excusa para contarlo en el blog :-)).

Por supuesto, están invertidas las estaciones, lo que hace que este año pasara un verano estupendo en Tailandia, Filipinas, Argentina o Brasil, mientras España sufría unos crudos y fríos meses invernales. También están los efectos de la aceleración de Coriolis, por los cuales las grandes corrientes de aire y agua (no pude verificar que así pasase con el agua del váter al tirar de la cadena) giran en sentidos opuestos. Asimismo, tenemos diferentes puntos de vista del universo, con lo que la posición relativa de los astros es distinta, lo cual hace que los métodos de orientación cambien según el hemisferio. Y la luna, ayyy la luna, en el hemisferio austral no miente.

Luego están las diferencias económicas y sociales, pero eso es otra historia. Al menos el aire es más limpio en el hemisferio más pobre.

Bueno, pues cambiando de tercio y siguiendo con mis historietas sobre el día de hoy, resulta que en muchas civilizaciones antiguas (incluyendo las culturas precolombinas), esta fecha en el que el día dura exactamente lo mismo que la noche, también tenía un significado muy especial y llevaba asociados diversos rituales, relacionados con la fertilidad, el inicio de las cosechas y, dicen, la purificación y el despertar de las conciencias. Incluso durante siglos se celebraba la fiesta pagana del comienzo del nuevo año en el equinoccio de primavera.

Así es que, como yo soy muy de festejarlo todo, hoy en Ciudad Mitad del Mundo, me he sometido a un ritual de purificación a cargo de chamanes quitus, en plan aromaterapia, en una especie de museo-templo-chiringuito la mar de curioso junto al cráter del Pululahua, montado con el objetivo de recuperar los valores y rituales tradicionales indígenas. Un rollo energético muy místico, que en cualquier caso me ha sentado bien, dentro de mi escepticismo.

Y siendo con los festejos, también hoy es el día Mundial de la Poesía, así a ver si me da tiempo ahora (si no mañana, ya desde Madrid) de dejar otro post con unas cuantos poemas (sólo tres), de Bécquer, Baudelaire y Cortázar. Y en éste, una frasecita buena de Baudelaire:
“Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, ¡embriagaros sin cesar! con vino, poesía o virtud, a vuestra guisa”.
Pues eso, embriaguémonos hoy de vino y de poesía, que mañana es el Día Mundial del Agua, que da más pie a la celebración de la supervivencia que de a la de la embriaguez … y además es lunes.

Mi viaje ya terminó, pero, al menos hoy, yo sigo bailando.

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